Vivir en el centro de Barcelona significa estar rodeado de innumerables recuerdos, cuyos destellos se dejan ver en el aspecto colonial de sus calles pero las verdaderas historias aún permanecen vigentes en las memorias de sus ciudadanos.

Son muy pocos los barceloneses que recuerdan la tarde del 26 de febrero de 1975 cayó la avioneta YV-O-MOP-2 sobre la vivienda 6-4 ubicada en la calle Unión del Casco Histórico de Barcelona pero la historia resucita cada vez que quienes vivieron ese estremecedor momento el cual podrían considerar único en su vida.

Ayer se cumplieron 40 años  de aquella impactante pero poco célebre fecha.

A pesar de que han pasado cuatro décadas en la memoria de José Querecuto prevalece, aunque con algunas lagunas, el recuerdo del estruendo que perturbó su lectura vespertina y lo obligó a vivir horas de suspenso.

“Yo escuché el golpe y salí a ver qué pasaba, lo que vi fue una humareda y no se de dónde pero comencé a sacar tobos con agua para apagar una llama que se prendió cerca del motor”, relató.

Al ver lo sucedido, el vecino corrió a colaborar sin antes pensar que su vida también corría peligro ya que el aparato podía explotar en cualquier momento.

La casa donde cayó el aeroplano estaba en construcción y dentro se encontraban unos albañiles trabajando, según cuenta Querecuto.

“Yo le salvé la vida a un mudito”, afirmó con orgullo.

Contó que un muchacho, que no tiene la habilidad para hablar y aún vive, estaba lavando unas paletas en un pipote lleno de agua cuando una parte del artefacto se le incrustó en la espalda y el joven quedó sumergido en el tobo y pudo haberse ahogado. Prosiguió diciendo que él llegó en el momento justo y sacó la cabeza del “mudito” del balde y lo rescató.

Al lugar llegó el Cuerpo de Bomberos de Barcelona, diez minutos después del siniestro y se encargaron de la situación, recordó.

Aunque han pasado 40 años, el vecino aún conserva casi intactos recortes de prensa en los que se documentó la caída de la avioneta en pleno centro se la capital del estado Anzoátegui, los cuales lo ayudan a refrescar los vestigios de esa vivencia que aún quedan guardados en su memoria.

Experiencia doble

Querecuto remontó au memoria a 1944, cuando era un niño de siete años. Él estaba jugando con un grupo de pequeños y vieron pasar una aeronave muy cerca del suelo que luego cayó a unas pocas calles, cerca del cuartel Pedro María Freites.

“Corrimos a ver qué había pasado pero cuando llegamos el lugar estaba resguardado y como éramos niños no nos dejaban pasar. El avión se incendió por completo y todos los pasajeros murieron carbonizados. Ahí viajaba un pelotero muy conocido llamado José Pérez Colmenares”, narró.

El gran susto

“De vaina no me cayó encima”, exclamó Emelina de Fernández cuando recordó que tan solo un segundo después de haber cruzado la acera, la avioneta impactó justo al lado de su casa.

La vecina vivía al lado de la casa donde ocurrió el incidente, se disponía a comprar comida para la cena y a buscar a sus hijos al colegio justo en el momento en el que el aeroplano se precipitó.

De Fernández cuenta que el temor corrió por sus venas al ver lo sucedido.

Agregó que la desesperación llevó a la dueña de la casa de al lado a romper una de las ventanas de su morada para verificar que sus familiares no se encontraban ahí, ya que los guardias de seguridad tenían la zona acordonada.

También rememoró que otra habitante del sector, llamó a su esposo, José Fernández, quien se encontraba en el trabajo y le dijo que el suceso había ocurrido en su casa y presa del pánico, el hombre no dijo ni una sola palabra de camino a su hogar hasta que constató que tanto este, como su familia se encontraban a salvo.

“Esto era un polvero, la gente corría por toda la calle pegando gritos. Es una situación que no me gustaría volver a vivir en mi vida”, dijo.

Querecuto y De Fernández se conviertieron de manera fortuita de una historia en la que se vieron obligados a participar y el hecho de seguir habitando a pocas casas del lugar donde ocurrió aquella tragedia los mantiene vigentes como personajes que formaron parte de ella.

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